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sábado, 29 de mayo de 2010

Retrasos y problemas del habla y el lenguaje en nuestros niños.

El lenguaje lo conocemos como la base de la comunicación y un excelente elemento que complementa el desarrollo psíquico del ser humano.
El desarrollo del lenguaje del niño es un proceso biológico, marcado por etapas de evolución. La teoría del psicólogo Jean Piaget destaca la prominencia racional del lenguaje y la base en las funciones que tendría el niño y se clasifican en dos grupos.
Lenguaje egocéntrico. Que se divide en:

Etapa ecolalia.
Etapa del monólogo.
Etapa del monólogo colectivo.

Lenguaje socializado. Se divide en:
Información adaptada.

La crítica
Las ordenes, ruegos y amenazas.
Preguntas y respuestas.

Piaget señala las siguientes etapas del desarrollo de la inteligencia, ligada íntimamente a la adquisición y evolución del lenguaje.

  1. Etapa sensorio-motora (0 a 24 meses).
  2. Etapa preoperativa (2 a 7 años).
  3. Etapa de operaciones concretas ( 7 a 12 años).
  4. Etapa de operaciones formales (12 a 15 años).
También la teoría de Skinner o del condicionamiento. Para Skinner el aprendizaje del lenguaje se produciría por simples mecanismos de condicionamiento, es decir, al principio los niños imitan, después asocian determinadas palabras o acciones, objetos o situaciones. El aprendizaje del vocabulario se da por condicionamiento operante.

Los retrasos o problemas del habla y el lenguaje pueden impactar en el progreso escolar y las actividades sociales de los niños; estas pueden ser mínimas o severas y afecta a un niño de cada diez. Muchos niños están atrasados en su comunicación o muestran dificultades al expresarse por medio del habla, unos empiezan hablar tarde y se les dificultad pronunciar algunas letras y otros tartamudean.
Saber que cosas son "normales" y cuáles no en el desarrollo del habla y el lenguaje pueden ayudarlo a entender si se debe preocupar o si su hijo presenta un desarrollo adecuado.

Antes de los 12 meses los padres deben estar atentos y observar a sus hijos para saber si utilizan su propia voz para relacionarse. Los balbuceos son característicos de esta etapa. Deben estar muy pendiente de los sonidos ya que pueden estar muy atentos y despiertos pero no reaccionan a ellos. Entre los 12 y 15 meses ya el bebé debería balbucear palabras como "papá" o "mamá". Los 18 y 24 meses el bebé debe tener por lo menos de 20 a 50 palabras en su vocabulario, saber combinarlas y emitir sonidos. Entre los 2 y 3 años el niño ya aumenta su vocabulario, combina mucho más las palabras y hace oraciones, distingue colores y comprende conceptos.

Cuando su hijo está entre los 12 y 24 meses y no pronuncia ninguna palabra debe estar alerta si presenta estas características:

-No utiliza gestos, como saludar con la mano.
-Prefiere utilizar gestos en vez del habla.
-Presenta problemas para emitir sonidos.
-No sigue instrucciones sencillas.

En algunos casos los niños no hablan tan sencillo porque no tienen ninguna motivación y no se animan a querer gesticular palabra, en otro caso puede que sea problemas físicos como el que las cuerdas vocales no estén bien desarrolladas y problemas con su umbral para la recepción del habla (URH).
Estamos en tiempos en los cuales ya el comunicarse personalmente se hace un esfuerzo, ya que con tanta tecnología hemos dejado atrás eso y nos vamos más por la comunicación a través del internet, el celular, etc. Los niños desde una edad muy temprana son sobreestimulados con tanta televisión, videojuegos, la música, los ruidos que perturban, etc. Y los niños suelen tener una selección en los sonidos. Esta también puede ser una causa.

Otras causas que se de un retraso en la motricidad en la boca, presenta dificultades para usar la lengua, labios y mandíbula para emitir sonidos. Los problemas auditivos suelen estar relacionados con los retrasos en el habla, es importante que un audiólogo evalúe a el niño que presenta una dificultad de escuchar, ya que es posible que tenga un problema para relacionar, comprender, emitir y utilizar el lenguaje.
Es verdad que en gran parte este retraso se debe a su conformación genética, pero también el entorno del niño determina su desarrollo. Deberíamos preguntarnos.
¿Recibe una adecuada estimulación en su casa o en la guardería?.
Aquí le presentamos unos consejos que ayudarán a motivarlo desde temprana edad.
  • Pase mucho tiempo comunicandose con su hijo. Cuando es un bebé háblale mucho, cántele.
  • Leále a su hijo. Comience hacerlo desde los 6 meses, busque libros ilustrados que llamen su atención, intente con libros donde el niño imite movimientos, que tenga textura, leále historias donde el pueda predecir lo que sucederá, permítale señalar las imágenes que él reconozca, etc.
  • Aproveche las situaciones de todo el día, es decir acciones donde el tenga que nombrar objetos como por ejemplo los del supermercado, explíque le cuando esté cocinando lo que hace, mientras limpia, cuando este en la casa que nombre los objetos que hay en ella, hagale preguntas y muestre interés en sus repuestas (aunque sea difícil entenderlas), emplee un vocabulario sencillo pero, jamás como el del niño.

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