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sábado, 15 de mayo de 2010

¿Problemas para mantener al niño en su cama?



Necesidades, hábitos y perturbaciones.


Al llegar la hora de dormir el niño debe estar cómodo, requiere de comida suficiente y tener mucho sueño. En los primeros meses el niño duerme entre cada comida, aunque algunos permanecen despiertos algunas horas del día. Al finalizar el primer año la mayoria solo toma dos siestas al día, entre el desayuno y el almuerzo (Spock y Rothenberg, 1985).


"Los infantes duermen el tiempo que necesitan, pero los niños de 2 años no."


La resistencia que tiene un niño al ir a la cama se debe a la sobreexcitación, conflictos, tensiones o temores. Esta resistencia se da en niños de un año a dos años. Algunos niños sufren de "ansiedad por la separación"; es decir, que el niño se siente alejado de los seres que lo cuidan y de los cuales está más apegado sentimentalmente.


Cuando el niño se quiere levantar de la cuna e ir al cuarto de los padres, enseguida hay que devolverlos y no acostarse con ellos sino asegurarse y estar cerca de ellos para que se queden en su cama.


Se debe evitar:
  • Acostarse con ellos.

  • Que permanezcan en pie.

  • Leerles más cuentos y permitirles juegos.

  • Llevarlos a la cama con ellos.

Así el niño debe entender que el tiempo de dormir. Todos los padres deberian saber cuanto es el tiempo que sus hijos deben dormir, el niño de dos años necesita 12 horas y 1 o 2 horas de siesta.

Algunos hábitos que el padre puede desarrollar en sus hijos:

  • Que el niño duerma siempre o regularmente a la misma hora.

  • Relajar al niño comenzando con un baño, luego ponerse la pijama, tomar un resfrigerio y colocar junto a él su muñeco(a), leer un cuento y darle el beso de buenas noches.

  • Evitar la estimulación excesiva antes de ir a la cama como ruidos y juegos rudos.

  • Hacer que el tiempo de ir a la cama sea relajado y feliz. No regañarlos ni pegarles porque no quieran dormir, sino mas bien decirles con cariño y amor que es el momento de ir a la cama.

  • No mandarlos como medida de castigo, ni para disciplinarlos.

En algunos casos existen las pertubaciones tales como pesadillas, terrores nocturnos y sonambulismo.

Las pesadillas que se da entre los 3 a 4 años de edad, ya que el niño no sabe diferenciar entre lo que es la realidad de la fantasía. Responden a sentimientos de miedo, preocupaciones e inseguridad. Los terrores nocturnos son más frecuentes en niños de 3 a 8 años de edad y suelen despertar con gritos y llanto, tienen mucho pánico. Solo hay que despertarlos y tranquilizarlos. Y el sonambulismo que ocurre entre los 5 a 12 años de edad. El niño sin despertarse deambula por la casa, este hecho hay que tomarlo en cuenta y no ignorarlo porque puede ocasionar problemas en el niño y puede requerir tratamiento médico.

"Durante los 3 primeros meses las interrupciones nocturnas suelen ser frecuentes hasta que poco a poco vayan estabilizandose sus ritmos de sueño".

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